Historia de Vicálvaro | Capítulo IV, El siglo XVII
En este siglo, Vicálvaro y Ambroz, como otros pueblos de Madrid, siguen proporcionando cebada, trigo y paja para la corte. Concretamente en 1616 proporcionan para las «cavallerizas de sus altezas», 400 sacos de cebada y otros tantos de trigo y paja. También se alude en los escritos de la época a la «mucha cantidad de carros que llevan de Vicálvaro a Madrid, en tiempos de necesidad, para la limpieza». A pesar de la aparente opulencia de la aldea, gracias a este comercio, un dato curioso fechado en 1643 nos hace ver la realidad: los vecinos y el Concejo de Vicálvaro piden a la Corte que se grave con un «maravedí de sisa» o impuesto sobre cada libra de carne que se vendiese en cualquier otro lugar a efectos de poder, con este producto, pagar al médico la deuda contraída por los aldeanos y continuar manteniéndolo en el futuro. En la relación del corregidor de Madrid se dice que «dicho lugar es tan pobre y necesitado por las nuebas contribuciones que se le habían pedido en frutos y carros de mulas, que les habría quedado sin ningún recurso para dar a un médico que atendiese a la cura de las enfermedades el salario competente ya que no había estado hasta hoy en el lugar. Se le adeudan más de 900 ducados de tres años en que había asistido».
La ganadería tuvo antaño un papel predominante sobre la agricultura, gracias al mencionado Honrado Concejo de la Mesta.
En cuanto a la organización municipal, un documento nos informa de que las autoridades lo eran por elección, cubriéndose los siguientes cargos:
Las autoridades de la Villa nombraban al administrador del abasto de carnes.